Cuando la gente dice «Me distraigo con facilidad», lo que en realidad está diciendo es: «Recibo menos del milagro absoluto que es ‘concentrarme’ que otras personas». Porque cuando consideras los 10 millones de bytes de datos de imágenes que los ojos alimentan al cerebro cada segundo, o los 6000 pensamientos espontáneos que tenemos cada día, realmente parece un milagro que podamos concentrarnos en cualquier cosa.
Resulta que, lejos de ser un milagro, el enfoque puede entrenarse y desarrollarse, como un músculo humano después de meses de trabajar duro.
Esto es según un profesor de neurociencia del comportamiento llamado Dr. Amishi Jha, quien escribió un libro llamado Peak Mind: encuentra tu enfoque, aduéñate de tu atención.
Su investigación muestra que cuando las personas en trabajos exigentes como soldados, atletas de élite o personal de emergencia invierten 12 minutos al día durante cuatro semanas haciendo ejercicios simples de atención plena, muchos aspectos de la salud cognitiva y emocional:incluida la atención– se mejoran.
«El primer paso para enfocarse mejor es aceptar una verdad clave: no puedes decidir tener una atención desenfrenada», dice Jha en una reseña de libro para el guardián.
Muchas ideas occidentales sobre la atención plena se extraen de las prácticas de mediación religiosa oriental. Algunas meditaciones budistas, por ejemplo, implican centrarse en la nada, el vacío supremo que impregna todas las demás cosas, mientras que la meditación zen se centra en no pensar en nada, sino en ser consciente de todo lo que sucede a tu alrededor. Algunos practicantes de Zen incluso mantendrán los ojos abiertos.
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No es el tipo de cosas que la mayoría de la gente puede o quiere hacer. Sin embargo, Jha explica que la atención plena se puede entrenar a través de ejercicios simples.
Específicamente, implican pasos diarios que «ejercitan el cerebro de manera que es propenso a ser débil», como cuando nos cepillamos los dientes e inmediatamente dirigimos nuestra atención a pensar en otras cosas. Uno puede desarrollar el músculo mental para notar el presente en lugar de perderse en nuestra mente de mono.
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El libro de Jha contiene mucho entrenamiento mental, todo centrado en este tipo de sabiduría.
1: Presta atención a tu respiración y a dónde sientes que pasa más. Usa tu enfoque como una linterna (un desafío físico para ello).
2: No pienses en estos ejercicios como una reflexión pacífica o un momento para decir «hombre», sino como un riguroso entrenamiento mental.
3: No pienses en estar tranquilo y trata de visualizar el objetivo de estar solo en medio de una intersección de cuatro vías, mirando a la gente (tus pensamientos) pasar por los cruces peatonales bajo cada semáforo.
4: Al igual que concentrarse en la respiración, dedique tres minutos al día a concentrarse en la sensación de hacer exactamente lo que está haciendo. Si esta es la ducha, concéntrate solo en esa experiencia.
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